Una práctica educativa para aprender practicando
Cuando pienso en qué es importante en la enseñanza, siempre llego a la misma conclusión: los alumnos tienen que conectar lo que aprenden con lo que van a hacer en el mundo real. No sirve de nada memorizar conceptos si no saben cómo aplicarlos, y por eso he elegido una práctica educativa basada en proyectos. Es una manera de aprender que engancha porque los estudiantes trabajan en cosas reales, en retos que podrían encontrarse mañana en el taller o en su futura empresa.
Para una clase de Formación Profesional de mantenimiento de vehículos híbridos y eléctricos, propongo un proyecto que sea práctico, desafiante y útil: diagnosticar y solucionar un fallo en un vehículo híbrido.
¿Cómo funcionaría la actividad?
La idea es simple, pero muy potente. Imagínate que llegas a clase y, en lugar de sentarte a escuchar teoría, encuentras un coche híbrido en el taller con un fallo simulado. Puede ser un problema en la batería, en el motor eléctrico o incluso en el sistema de regeneración de energía. El objetivo de los estudiantes será diagnosticarlo y solucionarlo, tal como harían si estuvieran trabajando como técnicos.
El proceso tendría varias etapas:
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Plantear el problema: El profesor explica la situación general. "Tenemos un coche híbrido con un problema desconocido. ¿Cómo empezaríais a investigar qué le pasa?" Desde aquí, los alumnos tienen que tomar la iniciativa.
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Trabajo en equipo: En grupos pequeños, los estudiantes investigan, prueban el vehículo con las herramientas adecuadas (un escáner OBD-II, multímetros, etc.) y van anotando todos sus hallazgos. Tienen que apoyarse en los manuales del fabricante, lo que también les ayuda a aprender a usarlos.
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Solución y explicación: Una vez que encuentran el fallo, lo solucionan y preparan un pequeño informe explicando qué han hecho y por qué. Luego, lo presentan al resto de la clase.
Creo que este tipo de actividad tiene muchísimo valor porque va más allá de aprender solo la teoría. Los alumnos trabajan como si ya estuvieran en un taller real, enfrentándose a problemas concretos que requieren pensar, investigar y colaborar. Además:
- Se motivan más: Les resulta interesante porque ven que lo que están haciendo tiene sentido y lo usarán en su futuro.
- Aprenden a trabajar en equipo: Algo que, en el mundo laboral, es imprescindible. No siempre vas a poder resolver un problema tú solo, y esta práctica les enseña a escuchar a los demás y compartir ideas.
- Mejoran en comunicación: Explicar a sus compañeros qué han hecho les ayuda a organizar sus ideas y aprender a expresarse de forma técnica pero clara.
Como en cualquier método, esto también tiene sus complicaciones. Lo primero que se me ocurre es el tema de los recursos. Para hacerlo bien, necesitamos un coche híbrido o eléctrico en buen estado, herramientas de diagnóstico avanzadas y espacio suficiente en el taller. Eso no siempre está disponible, y puede ser un problema en algunos centros.
También hay que considerar que esta práctica lleva tiempo. Diagnosticar un fallo no es algo rápido, y si el horario de clase es ajustado, podría ser complicado llevarla a cabo. Por último, el profesor tiene que estar bien preparado, no solo en conocimientos técnicos, sino también en cómo guiar a los estudiantes sin darles todas las respuestas desde el principio.
¿En qué contexto funciona mejor?
Sin duda, esto es ideal para clases prácticas de Formación Profesional. Los estudiantes de automoción necesitan "aprender haciendo", y no hay mejor manera que enfrentarse a problemas reales. También sería una actividad muy útil en cursos especializados en vehículos eléctricos, donde la tecnología cambia tan rápido que lo más importante es aprender a investigar y adaptarse.
Para concluir, el aprendizaje basado en proyectos me parece una de las mejores formas de enseñar en entornos prácticos como el de la automoción. No solo enseña los contenidos, sino que prepara a los alumnos para enfrentarse a situaciones reales, para trabajar con otros y para pensar de forma crítica. Aunque lleva su trabajo y requiere recursos, creo que merece la pena porque es una forma de aprendizaje que de verdad marca la diferencia.
¿Qué os parece esta forma de enseñar? ¿La usaríais en vuestra clase?
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